Capíulo 24

Aqui os dejo el capítulo 24, espero que os guste.

Ya es la hora, pero aún no hemos visto a nadie. No estoy seguro de que hayan venido todos los tributos. Nuestra táctica es no ser los primeros en ir a por nuestras provisiones, pero tampoco queremos ser los últimos por si algún tributo avaricioso se queda con nuestra comida.

Justo cuando sale el primer rayo de luz se refleja en la Cornucopia de oro. Y allí estaba, una mesa redonda con un mantel blanco como la nieve. En la  mesa hay cuatro mochilas, dos negras grandes con los números 2 y 11. Allí estaba nuestra comida, y por lo que se ve ese tal Thresh tampoco sabía arreglárselas muy bien cazando. Pero también había otra mochila mediana de color verde con el número 5 y una mochila enana de color naranja con el número 12, aunque casi no podía leer el número de lo pequeña que era. Si allí dentro había alguna medicina, el amoroso estaba perdido.

A los pocos segundos de oir un clic de la mesa al encajar en el suelo vi una figura pelirroja corriendo hacia las mochilas. Maldije en silencio, mi intención era que Thresh fuese el primero, es nuestra mayor amenaza. Miré a Clove para alertarla de que esperase a que saliese otro tributo. Cuando me quise dar cuenta la pelirroja ya había desaparecido en el espeso bosque con su mochila verde.

Al cabo de diez segundos, sale la chica en llamas y a Clove se le ilumina la cara. Va a ir a por ella. Sin perder ni un segundo más sale corriendo hacia ella, ni siquiera se dirigía hacia las mochilas. Clove se abalanza sobre Katniss y la derriba boca arriba. Pero aún así me pongo en pie por si tengo que salir corriendo en su ayuda. No sé si saldrá el chico amoroso tras Katniss pero lo que tengo seguro es que van a salir más tributos de su escondite.

Desde donde estoy se ve todo perfectamente al igual que el sonido que llega bastante bien. Oigo a Clove decir:

- ¿Dónde está tu novio, Distrito 12? ¿Sigue vivo? – pero Katniss no tiene cara de rendirse y contesta – aquí al lado cazando a Cato.- instintivamente me giré por si eso era cierto y el amoroso estaba por aquí cerca. Pero más tarde oí decir a Clove:

- Mentirosa, está casi muerto. Por eso no ha venido él, él nunca dejaría que vinieras tú sola a por la mochila. – y sin darme cuenta pensé que justo yo acababa de hacer lo contrario, Clove estaba allí sola mientras yo estaba en las sombras espiando. No me parecía bien, pero a pesar de todo Clove parecía tenerlo todo bajo control.