Capítulo 23

Aqui os dejo el capítulo 23, espero que os guste :)

Clove y yo seguimos el mismo camino de vuelta a la Cornucopia. La última vez que salí de allí no estaba muy contento que digamos.

Por la noche decidimos seguir andando, cuanto antes llegásemos a la Cornucopia tendríamos mejores asientos para ver el espectáculo. Aún así no había ni rastro de ningún otro tributo, por lo que parecía eramos los primeros en llegar. O eso, o nos estaban esperando.

Oigo como me rugen las tripas, espero que amanezca pronto para ir en busca de nuestra comida, no faltaran más de dos horas para ver a los amorosos corriendo a por medicinas.

Clove y yo tenemos que pensar en un plan antes de que amanezca y tengamos que ir en busca de nuestros alimentos. Pero de repente dejo de pensar y miro fijamente a Clove, ella me aclara las ideas pero desde hace un rato no sonríe, ni me mira, ni habla… Asi que opto por ir al grano, no tenemos mucho tiempo.

- Clove, ¿te pasa algo? – pero veo que no me responde y se seca una lágrima que cae tímidamente por su mejilla. – Tranquila, no nos va a pasar nada. Estoy contigo no te preocupes. – pero aun asi, no me contestaba. La cogí de la mano, la acerque a mi pecho y la abracé con todas mis fuerzas. Estuvimos así mucho tiempo, pero en aquel momento todo me daba igual, lo único que me preocupaba era ella, Clove.

Cuando se tranquilizó, se incorporó y me miró fijamente.

- Cato, a la Cornucopia voy yo.

- Pero es mejor qu… - antes de continuar Clove me dio un beso y continuó hablando. – Soy más rápida que tú, puedo llegar antes hasta nuestra comida. – pero se dio cuenta de que no me había convencido del todo, asi que continuó hablando – y además tu puedes quedarte desde cerca observando por si pasa algo raro y venir a ayudarme.

En parte tenía bastante lógica, ella era más rápida y ágil que yo. Yo tardaría el doble que Clove, aunque este plan no lo tenia del todo claro…

- Pero en cuanto vea que estas en peligro voy a por ti.

- Eso está hecho Cato. – dijo sonriendo.

- No soportaría perderte, ni que te pasase nada malo. Clove…

- Si? – Te quiero – dije sin vacilar. Clove se abalanzó sobre mí, me besó lentamente y me dijo:

- Yo también te quiero.