Capítulo 5 :)

Aquí os dejo el quinto capítulo sobre la vida de Cato. Espero que os guste :)

Cuando solo quedamos ella y yo en el vagón le pregunto:

-¿Cómo te ha ido en los últimos nueve años?

-Pues bien, al principio lo pasé mal, porque no estabas tú, y te echaba de menos, pero poco a poco entendí que no volvería  a verte en unos cuantos años, y que esa complicidad que teníamos se iba a perder, así que hice nuevos amigos, y de entre ellos puedo destacar a Lis, que ha sido mi mejor amiga hasta ahora y la voy a echar mucho de menos. Pero quiero que sepas que nunca te olvidé, y que eres quizá la persona a la que le he contado más cosas en mi vida.

Sus palabras me dejan helado. No sabía que le hubiese causado tanto daño nuestra separación, porque yo al principio la echaba de menos, pero enseguida me junté con Lareon, y no sufrí demasiado. Ella sin embargo no puedo ni imaginarme lo mal que lo ha debido pasar, por sus palabras y el tono en el que me lo cuenta. Me gustaría decirle que siento mucho haberle causado tanto daño al no intentar volver a verla, pero las palabras no me salen, se me ha hecho un nudo en la garganta, por lo que me levanto y cojo un vaso de agua. Al verme, dice

-Bueno…y ¿cuál es tu arma favorita?

Armas, es un tema que me relaja, y es mi tema favorito, me alegro que haya cambiado de tema.

-La espada, es lo que mejor se me da, soy el mejor de mi clase y me encanta.-respondo-¿La tuya?
-Los cuchillos, son muy cómodos de lanzar y tengo buena puntería, también soy la mejor de mi clase.

-Lo he pensado al verte en el escenario, quiero que nos aliemos en los juegos, creo que tendremos más posibilidades juntos.

-Me parece buena idea yo también lo había pensado si me tocaba salir, cuando hablemos con nuestros mentores de el tema de estrategias y entrenamiento se lo diremos y concretaremos más, ahora estoy cansada, me voy a mi compartimiento. Adiós.

Se va y me quedo solo en el vagón, decido que no tiene sentido y yo también me voy a mi compartimiento.

Cuando llego es una habitación tan grande como el salón de mi casa, con una cama grande, un armario amplio, un espejo alto, y una ventana que ocupa casi toda la pared, desde la que se ve un bonito paisaje. No me gusta la ropa que llevo puesta, no me siento cómodo, es una camisa blanca y unos pantalones beige que no me gustan nada, pero hay que estar presentable para la cosecha, así que lo primero que hago es cambiarme de ropa, cojo una camiseta blanca y unos pantalones negros bastante más cómodos que los anteriores, y como no tengo nada de sueño ni estoy cansado, solo tengo hambre, así que me dirijo al vagón en el que hemos estado antes para comer algo, y luego me recorreré el tren de arriba abajo.